Lic. Abigail Peña, MA
Estrategias de disciplina positiva para niños de 7-12 años.
Los niños de 7-10 años están en lo que llamamos infancia media y los de 10 a 12 años están en la preadolescencia. Sus capacidades de comprensión y de razonamiento lógico deductivo comienzan a desarrollarse con mayor agilidad, sus intereses cambian, comienzan a madurar emocionalmente y a tener mayor capacidad para regular sus emociones.
En esta etapa, las estrategias que abordamos en los artículos anteriores sobre estilos de crianza de 0-6 años y cómo manejar una rabieta, se mantienen, pero se le añaden negociaciones más complejas o elaboradas, el tiempo de retribución puede ser más largo y las conversaciones y diálogos pueden tener mayor aprendizaje porque hay mayor capacidad de análisis. En esta etapa se recomienda priorizar la educación por encima del cuidado. Es decir, motivar al niño o preadolescente a que escoja el límite o tome la decisión correcta porque lo haya entendido, no porque se le imponga.

Atendiendo a estas pautas, se sugiere:
1. Objetividad. Evitar ambigüedad, ser concreto y claro al establecer un límite y ser coherente en las reglas. Si los zapatos no se dejan en la sala, esto aplica para niños y adultos.
2. Identifica las emociones y ofrece la razón o motivo. Al corregir una conducta inadecuada, identifica las emociones, explícale por qué́ la conducta no es correcta. “Entiendo que estés molesto y enojado porque es el momento de apagar la televisión, pero llegó la hora de dormir, para que puedas descansar”.
4. Negociar. En esta etapa las negociaciones lo preparan para la adolescencia. Dar opciones, preguntar qué pasaría si escoge la opción deseada y que pasaría si escoge la opción que le favorece. Cuáles serán las consecuencias de su decisión y hacer un compromiso para asumirlas.
5. Expresa tus emociones desde el mensaje yo.
Inicia expresando tu molestia de forma asertiva, evitando juzgar al otro y hablando desde tus sentimientos y clarificando tus deseos.
Por ejemplo: Yo me siento enojado cuando no haces la tarea (el padre inicia expresando cómo se siente), me imagino que tu estás cansado porque las clases son virtuales y hay mucho exceso de trabajo y pocas actividades de ocio (procede validando cómo el hijo se siente), me gustaría que llegáramos a un acuerdo en el que ambos nos sintamos conformes (el padre expresa su deseo), que te parece si hacemos esto… (el padre propone opciones y realizan un acuerdo, dónde se habla de las consecuencias naturales que el niño asumirá si no lo cumple). A esta conversación se le da un seguimiento semanal, hasta que el niño lo haga de manera espontánea.
6. Ensañe independencia. Es una buena etapa para que el niño comienza a hacer sus tareas con la menor ayuda posible, se bañe y cambie solo ordene su cuarto.
7. Firmeza. Con un tono de voz seguro, sin subir la voz y con rostro y cuerpo en postura firme.
8. Valida sus buenas conductas. Es esencial enfocarse en los aspectos positivos, valida todo lo que sí hace bien, exprésale cómo te sientes y pregúntale cómo el se siente haciendo esto.
9. Sugiere una alternativa. Las alternativas acompañan al límite y hace que parezca más positivo “Esta serie no la puedes ver porque tiene contenido de adultos, pero si puedes ver estas, ¿Cuál eliges?”.
10. Firmeza en el cumplimiento. Las reglas inconsistentes confunden a los niños, si les dices que la hora de dormir es a las 8 y otro día se acuestan a las 9 de la noche el niño podría después pedirte esa flexibilidad. En ocasiones los padres se ven tentados a ceder por sus emociones o estado físico “se tiende a ser más flexible ante el cansancio”, es importante NO ceder en las ocasiones en la que ya se ha establecido un límite claro.
11. La conducta estuvo mal, pero no dejas de amar a tu hijo. Es esencial que dejes claro a tus hijos que tu corrección está relacionada con su conducta y no va directamente hacia lo que ellos son o significan para ti. Es decir, a pesar de su conducta, tu amor hacia ellos permanece igual, por ende, te puedo abrazar, aunque este enojado por lo que has hecho, puedo ser amable y hablar con amor, aunque me sienta decepcionado.
12. Controla las emociones. Evita que tus emociones se salgan de control, si estás muy enojado, piensa, respira y luego corrige o enseña.
13. Reconoce tus errores. Reconocer tus errores les enseña a los niños a pedir perdón y reconocer sus propios retos. Cuando no estés listo para corregir, porque estés muy airado, reconócelo y pide ayuda a otro adulto encargado de la disciplina. Es mejor no hacer nada y esperar para hacerlo después que corregir en un momento de ira donde en vez de promover aprendizaje se generen heridas.
En los próximos artículos hablaremos de otras estrategias específicas de estilo de crianza asertivo para adolescentes.
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